Los Pandas de Chengdu
En libertad, ver un panda es casi tan fácil como ver un lince ibérico. Si se quiere ver uno, hay que visitar uno de los pocos zoos del mundo que los tienen, como Hong Kong, Viena y bueno, ahora España tras la visita de los Reyes, entre otros. Pero la cosa cambia en la capital de Sichuan donde se encuentra el Centro para la investigación y conservación del panda gigante.
Nosotros fuimos, como es casi obligado si los quieres ver moviéndose, a las 8.30 de la mañana . Fuimos en taxi, que nos salió a unos 4€ y la entrada otros 3€, lo comento porque es la mejor forma de ir, las excursiones suelen ser más caras…La razón de ir por la mañana es clara. A esas horas comen, entre las nueve y las diez, y el resto del día se echan la siesta . Tuvimos suerte, porque prácticamente vimos 24 pandas, es decir que ya al final casi te aburres de verlos.
El parque es muy sencillo, no tiene pérdida. Tiene un pequeño cine, un museo-exposición, y caminos que llevan a las áreas donde están los pandas. En total hay cinco o seis y nos las vimos todas claro, no son demasiado grandes. Todo está lleno de bambú , cultivado para alimentar a los osos.
Dando otro paseo nos encontramos con los semi-adultos , que ya estaban un poco dormidos y finalmente tras una espera de veinte minutos, vimos el proceso de alimentación de los adultos , una duchita y luego a comer bambú, una forma de arrasar con ello que te deja asombrado y con el que comprendes por qué tienen a dos pueblos enteros con su población dedicada al cultivo del bambú para la reserva.
Después del atracón, visitamos a los olvidados o “segundo plato”, los pandas rojos , que no están tan en peligro y que son menos famosos. Cuando ya todos estaban durmiendo, fuimos al museo y a ver el vídeo que te narra la vida del panda, sus problemas y la situación del centro.
A la una de la tarde habíamos vuelto de sobra al hostal y esa tarde fue maldita, pero necesaria.
Los permisos del Tíbet
A un día y medio de irnos, no habíamos sacado los permisos, ni sabíamos con certeza si se necesitaban. Éste es un tema realmente confuso, y poca gente conoce la normativa exacta ya que son tantos los rumores de que se necesita o no se necesita que te vuelves loco. Además es cierto que cambia según los acontecimientos, con lo que según la época las posibilidades cambian. Cansados de rumores, en el hostal de Beijing nos dijeron que no se necesitaban, decidimos hacer una investigación llamando al aeropuerto de Chengdu, a dos agencia de viajes, entre ellas CITS, a la embajada China en España, a los hostales y las personas que nos encontrábamos. Tras varias horas (y días anteriores) llegamos a la conclusión de que era imprescindible, al menos para coger un avión a Lhasa desde Chengdu . Desde el Hostal, el Mix Hostel, contactamos con 3 agencias y fue la tercera la que en un día nos comentó que se podían tramitar, al precio de 35€ por permiso . Así que los encargamos y nos fuimos a ver Chengdu.
Tuvimos poco tiempo para disfrutarla, pero lo hicimos lo mejor que pudimos. Caminamos desde el Hostal al centro y nos quedamos un rato largo en la plaza principal, en la que hay una gran estatua de Mao, en frente de un llamativo complejo de fuentes. Tomamos algo de cenar y nos volvimos al Hostal a descansar, la tarde había sido muy rompe nervios…
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