sábado, agosto 04, 2007

El Palacio de Potala

El enigmático edificio, el símbolo del antiguo poder de los Dalai Lama, estaba ante nuestros ojos. Estábamos en el Tibet, muy lejos de casa dando las gracias por haber tenido la oportunidad de verlo, de estar ahí. Sin duda es espectacular, por lo diferente, lo grande y el significado que tiene. Construido sobre una colina para incrementar su potencial defensivo, el palacio se alza elegante en el centro de Lhasa, es el Potala.

Ya lo habíamos visto por el rabillo del ojo al llegar el día anterior, pero no por ello dejó de sorprendernos. Fuimos a visitarlo a mediodía, con bastante calor la verdad y todavía con el miedo a que la mezcla de factores pudiera acelerar o desencadenar el mal de altura. No había casi nadie, siendo marzo y costando lo que cuesta, tampoco había mucho compañero turista chino.

Entramos por la puerta principal en la que, además de un cartel con normas que dan miedín, se hacía un control de seguridad, la mujer tenía un guante de látex en la mano y nos dio cierto tabardillo, pero sólo era fachada, al final no pasó nada. Se entra a un gran patio en el que te marcan el camino en todo momento, no te dejan explorar casi nada.


Enseguida se llega a unas largas escaleras de piedra que te dejan en la entrada del palacio "blanco". La verdad es que es inmenso y los tramos de transición entre cámaras bastante humildes, sin mucha decoración.

Sin embargo a media visita, ya en la parte "roja" empiezan a aparecer cámaras con valiosísimos tesoros, entre ellos las excepcionales tumbas de los anteriores Dalai Lama, hechas con kilos y kilos de material precioso, jade, oro etc. En toda cámara hay un monje que la guarda, que te pide silencio, y cuida de la limpieza del suelo y de las vitrinas. En las paredes se observan infinidad de estatuas de buda, sus discípulos y otros seres pertenecientes a su religión, como los espítritus guerreros, que dan un pelín de miedo, también se pueden observar cajas de pan de oro que contienen pergaminos en los que se encuentra escrita en tibetano la historia y doctrina de la religión budista. También se pueden ver las estancias personales de los Dalai Lama Toda la parte que se ve roja o marrón está hecha de madera, de pequeños palillos agrupados


Se puede estar allí mucho tiempo, pero es necesario llevar algo de información o un guía para enterarte del significado de la multitud de símbolos que rodean este misterioso lugar para los occidentales.

Tras un par de horas de visita, se sale por la parte trasera del palacio. Las vistas en la parte superior del edificio y en la parte trasera dejan ver la belleza del lugar en el que se encuentra la ciudad. También desde allí se pueden ver a los peregrinos rezando e inclinándose o simplemente caminando en sentido horario la Korá, ataviados con sus trajes típicos, una especie de carraca que gira también en sentido horario y por supuesto, los termos con mantequilla de yak dentro para que esas velas que iluminan a sus dioses nunca se apaguen.


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1 Comments:

Blogger Unknown said...

ha~tibet!beautiful place!iam chinese

1:29 p. m.  

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