Fin de semana en la Isla Budista: PutuoShan !!
El viernes por la tarde, después del trabajo, comenzó nuestro viaje hacia esta maravillosa isla. En tren llegaríamos hasta Ningbo. Nuestro destino final la isla de Putuoshan. Un magnífico lugar dedicado a la Diosa Budista Guaying, cuya imagen se ve en casi todos los lugares de la isla.
El viaje ha estado muy bien, aunque al haber ido muchos a la vez, ha ralentizado el ritmo de la excursión, aunque la verdad es que la isla es muy interesante.
El grupo que fuimos a la isla esta compuesto por 9 personas. Todos son IAESTEs como nosotros y trabajan todos en la misma compañía, además de vivir en el mismo edificio. Tenemos un polaco, Marek, tres alemanes, Andy, Ronny y Julia, una serbia, Nina, una brasileña de ascendencia japonesa, Katia y una chica colombiana, Alejandra.
Es un potpurri típico de IAESTE, siendo nuestro tercer año en este tipo de experiencias, pues ya estamos acostumbrados a las ¨dinamicas de grupo¨.
DIA 20, Viernes.
Lo dicho, en un par de horitas desde la cochambrosa Estación Este de tren de Hangzhou nos plantamos en Ningbo, eran las 20.30 y estaba ya oscuro. Nada más salir del autobús nos encontramos con una nube de personas que nos querían llevar a PutuoShan directamente.
Teníamos un problema, queríamos ver la ciudad antes de ir al Hotel, pero no sabíamos a qué hora podíamos volver, así que había que LLAMAR al hotel... mal muy mal. Llamar a hotel caca, no saben inglés...
imaginaos el panorama, 9 guiris en la salida de la estación de tren, paraos sin hacer nada...resultado, una nube compuesta de taxistas, autobuseros, curiosos, gente que pasa por ahí etc. De entre la marabunta apareción un chinito que hablaba inglés...y que su novia (frase literal) "trabajaba en el departamento de Inglés" (de que compañía o donde no se sabia...).
El caso es que la chinita al cabo de dos minutos viene y como suele pasar, se ponen nerviosos al intentar ayudarte... y no escuchan. Simplemente llegó, cogió el teléfono para hablar con el del hotel y se fue 5 metros más allá con el móvil (no pregunto NADA de que queríamos). Obviamente colgó, y claro no se habia enterado de nada asi que supongo que charlaría un rato con el del hotel. Tras un par de minutos de encarnizada lucha, uy!.. perdón, de conversación, y una nueva llamada al hotel, nos enteramos de que estaba abierto 24h.
Rumbo al primer punto de interés: El lago de la Luna.
En realidad, Yue Hu, es EL punto de interés, un bonito lago alargado con un pequeño parque en su interior al que se accede por puentes típicos en zigzag, para que cuando los demonios pasen, se caigan al agua, ¡cómo no! La verdad es que estaba tranquilo, con poca gente y con la iluminación no demasiado estridente, así que estaba precioso.
Nos dió tiempo a estar relajados, aunque íbamos con las mochilas, a tomar unas cervezas y a hacernos unas cuantas fotitos.
Segundo tercero cuarto y quinto puntos de interés... Pagoda de Tianning, Torre del Tambor, Iglesia Caólica y Templo de Qing´an.
Debían ser ya cerca de las 22h y el personal empezaba a estar cansado. Sabíamos que no íbamos a volver a Ningbo así que decidimos pasear un poco más. El primer punto de interés, una pequeña pagoda antigua, con nada especial.El grupo que fuimos a la isla esta compuesto por 9 personas. Todos son IAESTEs como nosotros y trabajan todos en la misma compañía, además de vivir en el mismo edificio. Tenemos un polaco, Marek, tres alemanes, Andy, Ronny y Julia, una serbia, Nina, una brasileña de ascendencia japonesa, Katia y una chica colombiana, Alejandra.
Es un potpurri típico de IAESTE, siendo nuestro tercer año en este tipo de experiencias, pues ya estamos acostumbrados a las ¨dinamicas de grupo¨.
DIA 20, Viernes.
Lo dicho, en un par de horitas desde la cochambrosa Estación Este de tren de Hangzhou nos plantamos en Ningbo, eran las 20.30 y estaba ya oscuro. Nada más salir del autobús nos encontramos con una nube de personas que nos querían llevar a PutuoShan directamente.
Teníamos un problema, queríamos ver la ciudad antes de ir al Hotel, pero no sabíamos a qué hora podíamos volver, así que había que LLAMAR al hotel... mal muy mal. Llamar a hotel caca, no saben inglés...
imaginaos el panorama, 9 guiris en la salida de la estación de tren, paraos sin hacer nada...resultado, una nube compuesta de taxistas, autobuseros, curiosos, gente que pasa por ahí etc. De entre la marabunta apareción un chinito que hablaba inglés...y que su novia (frase literal) "trabajaba en el departamento de Inglés" (de que compañía o donde no se sabia...).
El caso es que la chinita al cabo de dos minutos viene y como suele pasar, se ponen nerviosos al intentar ayudarte... y no escuchan. Simplemente llegó, cogió el teléfono para hablar con el del hotel y se fue 5 metros más allá con el móvil (no pregunto NADA de que queríamos). Obviamente colgó, y claro no se habia enterado de nada asi que supongo que charlaría un rato con el del hotel. Tras un par de minutos de encarnizada lucha, uy!.. perdón, de conversación, y una nueva llamada al hotel, nos enteramos de que estaba abierto 24h.
Rumbo al primer punto de interés: El lago de la Luna.
En realidad, Yue Hu, es EL punto de interés, un bonito lago alargado con un pequeño parque en su interior al que se accede por puentes típicos en zigzag, para que cuando los demonios pasen, se caigan al agua, ¡cómo no! La verdad es que estaba tranquilo, con poca gente y con la iluminación no demasiado estridente, así que estaba precioso.
Nos dió tiempo a estar relajados, aunque íbamos con las mochilas, a tomar unas cervezas y a hacernos unas cuantas fotitos.
Segundo tercero cuarto y quinto puntos de interés... Pagoda de Tianning, Torre del Tambor, Iglesia Caólica y Templo de Qing´an.
El segundo punto una torre del tambor, que tampoco era una cosa excepcional. Éstos dos lugares quedaban cerca de lago, pero para los dos siguientes, iglesia y templo, había que andar unos 20 minutos más... una meta que jamás alcanzaríamos, la gente estaba ya muy cansada.
Decidimos irnos al hotel, por cierto, hotel de "sólo chinos" un pelin lejos del centro, pero barato y limpio.Lo habíamos reservado nosotros (raquel y alfonso) para todos los demás, así como planificado el resto del viaje... con un pequeño inconveniente... no teníamos hotel en PutuoShan!
Dia 21, Sábado.
Qué bueno es levantarse por la mañana y meterse un buen desayuno!! Eso es exactamente lo que hicimos, un desayuno buffet, cuyo precio eran 10RMB, 1 euro, en el que se podía seleccionar para un desayuno glorioso. Fideos fritos, galletas, tostadas, fruta (sandia claro), patatas, bolas de crema azucaradas,... y varios manjares más que nos dieron la energía necesaria para pasar un buen día.
El camino a Putuoshan estaba un pelín confuso, había varias posibilidades y finalmente nos decidimos por la de autobús mas ferry. Para ello había que tomar un taxi a dicho autobús.
Pedimos en el hotel 3 taxis... señorita: "ahora mismo, esperad fuera".
En esto que ves salir un botones dando gritos a todos los coches y a todo taxi que se movía... ciertamente no hay radio taxi, pensamos.
Llegamos a la estación de autobusferry y con mucha suerte, en tres minutos desde nuestra llegada, ya estábamos camino de PutuoShan.
Después de tres horas de autobús y ferry, llegamos al embarcadero de la isla, donde nuestra misión inicial era encontrar alojamiento... Éramos 9, muchos de nosotros apretados de dinero, fin de semana con buen tiempo, casi todo lleno, y lo vacío, muy caro. Preguntas una vez, te dicen 50€ la habitacion doble, preguntas otra vez, nada, y a la tercera vez... tuvimos que decirles que éramos estudiantes, sin dinero, incluso que no éramos extranjeros (oops) y que éramos chinos, que trabajábamos allí y que éramos muy majos :). Finalmente, nos ofrecen una habitación de 5 y una de cuatro por 40€, juas, a más de uno le hicieron los ojos chiribitas, otros pensamos en qué tipo de antro nos iban a meter... aceptamos. El transporte estaba incluído (dios mio, esto va aser más antro todavía) tras 10 minutillos de marcha llegamos al hotel... hotel? a la barraca.
Jodó que sitio, hemos estado en muchos albergues, campings, hostales, pero no podéis llegar a imaginar lo que era aquello. Un baño para todo el vecindario (ni en ucrania vamos) cuyas puertas rotas, olor insoportable, repulsivo... algunos sueñan con ese olor todavía. Total, que ni acercarse a ese pozo inmundo, donde por cierto, muchos de nuestros vecinos campaban a sus anchas, descalzos. La habitación, una para los chicos y otra para las chicas. Sugerimos no encender la luz para no ver las sábanas ni las colchas. Para dormir, se cubre toda la cama con ropa mochilas o lo que haya (olvidamos el saco de dormir) y duermes vestido...
Después de la descripción, que posiblemente se quede corta, seguimos con el viaje. Estábamos cerca (a unos metros) del Templo principal de la ciudad (Puji, ver mapa) y muy cerca de la playa de los cien pasos, que se separa de la de los mil pasos por una especie de pagoda donde un moje budista enseña sus cuadros y donde se encuentra una caverna para ver el amanecer (que no vimos). La sensación de paz y quietud del lugar merecieron la pena, un disfrute. Parece que el viaje empieza a dar más frutos :).
Tras el parón en el lugar, nos empezamos a mover por la carretera que recorre de Norte a Sur Putuoshan, en dirección a la parte más alejada de la Isla, donde se encuentra el templo de Fayu. En el camino te encuentras con conventos de monjes budistas, todos ellos bastante modernos pero que no por ello dejan de ser interesantes. Digamos que el vestíbulo siempre es parecido, una figura de Buda mirando hacia la puerta de entrada, otra figura de una diosa en Putuoshan, u otro santo o dios budista mirando en dirección contraria al anterior (a la puerte de salida) y toda la cámara rodeada por los 4 míticos guerreros, uno con la cara negra, otro con la cara roja y dos de estilo más chino. Luego puede haber un patio, donde muchas veces la gente hace peticiones y quema incienso, para pasar a la capilla principal donde rezan los monjes. Los templos y monasterios en los que hemos estado siguen un poco este patrón, aunque, por supuesto, siempre hay diferencias.
Paramos para comer(cenar) en una pequeña aldeílla cerca de la playa de los mil pasos. Seguramente fue en este pequeño lugar donde Alfonso se puso malo de la tripa, complementado con el frío de la noche.
Al cabo de 30 minutos de marcha, llegamos al templo de Fayu, a unos 5 minutos del cierre. Tuvo una magia especial, pues no había casi nadie, estaba ya oscuro y los monjes venían a saludar y a pedirnos que fueramos acabando. La verdad que estuvo muy bien.
Ya sin luz, no nos dio tiempo a más, decidimos ir a la playa de noche, a charlar un rato todos juntos y a tomar algo de cena. Muy agradable con cervecitas y aprendiendo un poco de astronomía de los allí presentes. Por consenso se optó por no ir demasiado tarde a la cama, para poder aprovechar el día siguiente completo y acabar de ver los secretos de esta isla, que no son pocos.
La cutrez del alojamiento no se quedaba sólo en su interior, estaba claro que estábamos en la zona menos cuidada, dejada de la mano de Dios, de toda la isla. Dormimos como pudimos, primero con mucho calor y luego con mucho frío...
Dia 22, Domingo.
Nos levantamos a las 8.30 de la mañana. El inicio del día no fue el mejor de nuestra vida, pues las condiciones higiénicas eran lamentables...y encima alguno con ca...tripotera. El viaje se vio un poco marcado porque éramos demasiados, y siempre es dificil poner a todos de acuerdo. El grupo se dividió. Nosotros decidimos no ir a la playa (no hacía tiempo para ello) y ver un poco más de la isla, junto con Marek, Andy, Katia y Alejandra. Decidimos ir al Oeste, a ver la vista desde el otro lado, visitar una posible cueva famosa y quizás subir a uno de los picos de la isla. Salió redondo!! La cueva de Xitian estaba a medio camino entre los miradores del oeste y la subida a uno de los picos más famosos de Putuoshan, donde las piedras con caligrafía incrustada hacen las delicias de los creativos e imaginativos espectadores chinos, que por cierto, había a miles :).
Habíamos quedado con el resto del grupo a las 11.10, para ver el centro y la estatua de 33 metros de la diosa, así que tuvimos tiempo para subir, bajar,mirar, descansar etc. Un pase muy agradable, que nos hizo olvidar las condiciones de la noche anterior.
Llegamos de nuevo al "Mierdotel" para hacer el check out y recoger nuestras cosas. A partir de ahora la marcha era un pelín más complicada, con todas nuestras cosas a la espalda... pero mereció la pena.
Ya todos al completo, nuestra primera parada fue el Templo de Puji, en el que intentamos comer (los monjes dan comidas vegetarianas), pero estábamos fuera de horario.
Tras no comer en el Templo, nos dirigimos a la pagoda de Dubao, no sin antes disfrutar de los laguitos a la entrada del templo y de sus curiosas puertas. Sólo nos quedaba ver la estatua de la Diosa, una de las joya de Putuoshan. De lejos la verdad que la estatua se ve inmensa. Nos pusimos de acuerdo para ir andando por el sendero que recorre la playa de los cien pasos y pasa por un bosque de bambú para finalmente llegar al "resort" que rodea el santuario de Guanyin. El paseo muy bien, aunque de nuevo empezamos todos a dar signos de cansancio, demasiada caminata.
Tras una bajada que te recuerda continuamente que luego la tienes que volver a subir, llegamos al santuario, muy limpito, cuidado y lleno de turistas :). La entrada cuesta 6 yuanes, lio kuai. Aunque parece más grande desde lejos, la estatua impresiona y los adornos de resto del lugar ayudan a darle un ambientillo espiritual muy interesante.
Ya arrastrándonos practicamanete, pusimos rumbo a la estación de ferry, para iniciar la vuelta a casa...largo viaje :). Decidimos tomar otra ruta, ferry rápido a ShenJiaMen, ciudad completamente nisu, y de allí un autobús a Hangzhou. Todos soñábamos con encontrar un Kentucky fried Chicken...pero no hubo suerte.
Llegamos al dormitorio cerca de las 23, donde finalmente descansamos para poder trabajar al día siguiente.
Decidimos irnos al hotel, por cierto, hotel de "sólo chinos" un pelin lejos del centro, pero barato y limpio.Lo habíamos reservado nosotros (raquel y alfonso) para todos los demás, así como planificado el resto del viaje... con un pequeño inconveniente... no teníamos hotel en PutuoShan!
Dia 21, Sábado.
Qué bueno es levantarse por la mañana y meterse un buen desayuno!! Eso es exactamente lo que hicimos, un desayuno buffet, cuyo precio eran 10RMB, 1 euro, en el que se podía seleccionar para un desayuno glorioso. Fideos fritos, galletas, tostadas, fruta (sandia claro), patatas, bolas de crema azucaradas,... y varios manjares más que nos dieron la energía necesaria para pasar un buen día.
El camino a Putuoshan estaba un pelín confuso, había varias posibilidades y finalmente nos decidimos por la de autobús mas ferry. Para ello había que tomar un taxi a dicho autobús.
Pedimos en el hotel 3 taxis... señorita: "ahora mismo, esperad fuera".
En esto que ves salir un botones dando gritos a todos los coches y a todo taxi que se movía... ciertamente no hay radio taxi, pensamos.
Llegamos a la estación de autobusferry y con mucha suerte, en tres minutos desde nuestra llegada, ya estábamos camino de PutuoShan.
Después de tres horas de autobús y ferry, llegamos al embarcadero de la isla, donde nuestra misión inicial era encontrar alojamiento... Éramos 9, muchos de nosotros apretados de dinero, fin de semana con buen tiempo, casi todo lleno, y lo vacío, muy caro. Preguntas una vez, te dicen 50€ la habitacion doble, preguntas otra vez, nada, y a la tercera vez... tuvimos que decirles que éramos estudiantes, sin dinero, incluso que no éramos extranjeros (oops) y que éramos chinos, que trabajábamos allí y que éramos muy majos :). Finalmente, nos ofrecen una habitación de 5 y una de cuatro por 40€, juas, a más de uno le hicieron los ojos chiribitas, otros pensamos en qué tipo de antro nos iban a meter... aceptamos. El transporte estaba incluído (dios mio, esto va aser más antro todavía) tras 10 minutillos de marcha llegamos al hotel... hotel? a la barraca.
Jodó que sitio, hemos estado en muchos albergues, campings, hostales, pero no podéis llegar a imaginar lo que era aquello. Un baño para todo el vecindario (ni en ucrania vamos) cuyas puertas rotas, olor insoportable, repulsivo... algunos sueñan con ese olor todavía. Total, que ni acercarse a ese pozo inmundo, donde por cierto, muchos de nuestros vecinos campaban a sus anchas, descalzos. La habitación, una para los chicos y otra para las chicas. Sugerimos no encender la luz para no ver las sábanas ni las colchas. Para dormir, se cubre toda la cama con ropa mochilas o lo que haya (olvidamos el saco de dormir) y duermes vestido...
Después de la descripción, que posiblemente se quede corta, seguimos con el viaje. Estábamos cerca (a unos metros) del Templo principal de la ciudad (Puji, ver mapa) y muy cerca de la playa de los cien pasos, que se separa de la de los mil pasos por una especie de pagoda donde un moje budista enseña sus cuadros y donde se encuentra una caverna para ver el amanecer (que no vimos). La sensación de paz y quietud del lugar merecieron la pena, un disfrute. Parece que el viaje empieza a dar más frutos :).
Tras el parón en el lugar, nos empezamos a mover por la carretera que recorre de Norte a Sur Putuoshan, en dirección a la parte más alejada de la Isla, donde se encuentra el templo de Fayu. En el camino te encuentras con conventos de monjes budistas, todos ellos bastante modernos pero que no por ello dejan de ser interesantes. Digamos que el vestíbulo siempre es parecido, una figura de Buda mirando hacia la puerta de entrada, otra figura de una diosa en Putuoshan, u otro santo o dios budista mirando en dirección contraria al anterior (a la puerte de salida) y toda la cámara rodeada por los 4 míticos guerreros, uno con la cara negra, otro con la cara roja y dos de estilo más chino. Luego puede haber un patio, donde muchas veces la gente hace peticiones y quema incienso, para pasar a la capilla principal donde rezan los monjes. Los templos y monasterios en los que hemos estado siguen un poco este patrón, aunque, por supuesto, siempre hay diferencias.
Paramos para comer(cenar) en una pequeña aldeílla cerca de la playa de los mil pasos. Seguramente fue en este pequeño lugar donde Alfonso se puso malo de la tripa, complementado con el frío de la noche.
Al cabo de 30 minutos de marcha, llegamos al templo de Fayu, a unos 5 minutos del cierre. Tuvo una magia especial, pues no había casi nadie, estaba ya oscuro y los monjes venían a saludar y a pedirnos que fueramos acabando. La verdad que estuvo muy bien.
Ya sin luz, no nos dio tiempo a más, decidimos ir a la playa de noche, a charlar un rato todos juntos y a tomar algo de cena. Muy agradable con cervecitas y aprendiendo un poco de astronomía de los allí presentes. Por consenso se optó por no ir demasiado tarde a la cama, para poder aprovechar el día siguiente completo y acabar de ver los secretos de esta isla, que no son pocos.
La cutrez del alojamiento no se quedaba sólo en su interior, estaba claro que estábamos en la zona menos cuidada, dejada de la mano de Dios, de toda la isla. Dormimos como pudimos, primero con mucho calor y luego con mucho frío...
Dia 22, Domingo.
Nos levantamos a las 8.30 de la mañana. El inicio del día no fue el mejor de nuestra vida, pues las condiciones higiénicas eran lamentables...y encima alguno con ca...tripotera. El viaje se vio un poco marcado porque éramos demasiados, y siempre es dificil poner a todos de acuerdo. El grupo se dividió. Nosotros decidimos no ir a la playa (no hacía tiempo para ello) y ver un poco más de la isla, junto con Marek, Andy, Katia y Alejandra. Decidimos ir al Oeste, a ver la vista desde el otro lado, visitar una posible cueva famosa y quizás subir a uno de los picos de la isla. Salió redondo!! La cueva de Xitian estaba a medio camino entre los miradores del oeste y la subida a uno de los picos más famosos de Putuoshan, donde las piedras con caligrafía incrustada hacen las delicias de los creativos e imaginativos espectadores chinos, que por cierto, había a miles :).
Habíamos quedado con el resto del grupo a las 11.10, para ver el centro y la estatua de 33 metros de la diosa, así que tuvimos tiempo para subir, bajar,mirar, descansar etc. Un pase muy agradable, que nos hizo olvidar las condiciones de la noche anterior.
Llegamos de nuevo al "Mierdotel" para hacer el check out y recoger nuestras cosas. A partir de ahora la marcha era un pelín más complicada, con todas nuestras cosas a la espalda... pero mereció la pena.
Ya todos al completo, nuestra primera parada fue el Templo de Puji, en el que intentamos comer (los monjes dan comidas vegetarianas), pero estábamos fuera de horario.
Tras no comer en el Templo, nos dirigimos a la pagoda de Dubao, no sin antes disfrutar de los laguitos a la entrada del templo y de sus curiosas puertas. Sólo nos quedaba ver la estatua de la Diosa, una de las joya de Putuoshan. De lejos la verdad que la estatua se ve inmensa. Nos pusimos de acuerdo para ir andando por el sendero que recorre la playa de los cien pasos y pasa por un bosque de bambú para finalmente llegar al "resort" que rodea el santuario de Guanyin. El paseo muy bien, aunque de nuevo empezamos todos a dar signos de cansancio, demasiada caminata.
Tras una bajada que te recuerda continuamente que luego la tienes que volver a subir, llegamos al santuario, muy limpito, cuidado y lleno de turistas :). La entrada cuesta 6 yuanes, lio kuai. Aunque parece más grande desde lejos, la estatua impresiona y los adornos de resto del lugar ayudan a darle un ambientillo espiritual muy interesante.
Ya arrastrándonos practicamanete, pusimos rumbo a la estación de ferry, para iniciar la vuelta a casa...largo viaje :). Decidimos tomar otra ruta, ferry rápido a ShenJiaMen, ciudad completamente nisu, y de allí un autobús a Hangzhou. Todos soñábamos con encontrar un Kentucky fried Chicken...pero no hubo suerte.
Llegamos al dormitorio cerca de las 23, donde finalmente descansamos para poder trabajar al día siguiente.
Etiquetas: Ningbo, Putuoshan, Viajes y Turismo, Zhejiang