miércoles, noviembre 08, 2006

HuangShan, la Octava Maravilla. Día 3.

Sí, Domingo, a las cuatro de la mañana. ¿Alguien ha visto un cuatro en el reloj a la hora de despertarse? Nooo, aunque muchos creen que ese número no existe y que es una leyenda, pudimos comprobar lo contrario. Una vez semidespiertos, semipreprarados para el frío que nos esperaba en el camino al lugar del amanecer, nos tomamos un semidesayuno basado en sopas de fideos instantáneas, que gozan de una gran fama por aquí.



"La estampida"
Salimos a la calle confiados: "Uy, que pronto es, no hay nadie, que frio, bueno vamos para arriba". Ilusos!! Sólo 5 minutos después de salir del hotel, con una gran oscuridad, pudimos notar un pelín de tensión en el ambiente. Todos los chinos del mundo estaban levantados, preparados para subir al pico y ver el amanecer, evento estrella de todo el lugar. Notamos que nuestro guía va un poco más rápido, confusión, no sabemos ya cual es el guía, jeje...
La película "El proyecto de la bruja de Blair" tiene una escena en la que los cuatro protagonistas corren por medio de un bosque con alguna linterna que otra. La situación era parecida, pero en vez de ir solos, ibamos con unos cien chinetes cerca y unos tres mil subiendo por otros caminos...
La subida fue dura, con frío y casi nos da algo. Llegamos al lugar y sorpresa, no menos de tres mil personas aguardaban el amanecer apretadas en un pico junto a un precipicio. No había sitio...mielda!! Después de recorrer varios lugares para buscar un resquicio, Raquel y Alfonso se quedaron en una piedra un pelín más a la derecha de donde estaba todo el mundo. Disfrutamos de uno de los amaneceras más increíbles de nuestra historia. Sin palabras.


Marek y Andy decidieron bordear el lugar por la izquierda para buscar algún hueco. Lo econtraron, un metro cuadrado para los dos, al borde de un precipicio.


"Gorilas en la niebla"
Andy y Marek no podían figurarse lo que iban a vivir. Una grupo de unos quince monos, de tamaño considerable, les rodearon mientras esperaban el amanecer.


Imaginad de nuevo, sólo por un instante, la situación: primero, te has ido a China, segundo te vas al culo, con perdón, del susodicho país a una montaña, te levantas a las cuatro de la mañana para ver amanecer, no hay sitio y te encalomas a un risco con una caída enorme para verlo, viene un mono cabrón y te empuja. A Andy y Marek les pasó todo eso menos lo último... pensad en los titulares, "Mono mata dos guiris en barranco a las 5 de la mañana", " Dos guiris van a la carcel por despeñar a un mono en peligro de extincion"... no sería demasiado subrealista comparado con lo que puede pasar en este país. Algunas fotos, se mascaba la tragedia.


Despúes de unos 30 minutos de la salida del Sol, cuyos rayos estábamos aprovechando a tope, prácticamente un 90% de los chinos se habían ido. Nosotros nos quedamos un rato más, disfrutando de lo que habíamos disfrutado con una nueva sopa caliente de fideos y un poco de pan dulce. Eran las 7.15 de la mañana y teníamos todo nuestro equipaje encima. Con renovadas fuerzas emprendimos la bajada de la montaña por el lado más peligroso, los escalones del Oeste, rumbo Sur.






Las primeras dos horas fueron increíbles, unos paisajes naturales espectaculares con un sol radiante, muy raro de ver en este lugar, ya que suele estar siempre cubierto de niebla, lo que no te deja ver más allá de la primera montaña. Pasamos por la cima de la roca de la Tortuga y nos dirigimos hacia el pico del Lotto, el pico de Jade y de la corona Celestial a los que accedimos por unas escalareas grabadas en un acantilado... unn pequeño resbalón sin importancia provoco el inicio de la angustia de Alfonso por las alturas, aunque Marek, Andy y Raquel seguían disfrutando de las impresionantes vistas que brindaba el lugar.



"Necesito bajar"
Y es que es cierto, las vistas desde los riscos y acantilados era increíble. Estabamos a unos centímetros de caídas de más de 300 metros. El camino de vuelta transcurría por esos riscos y acantilados. A pesar del paracaidismo, puenting, etc. la mera posibilidad de pensar en caerSe hizo ver las estrellas a Alfonso :).




Para bien o para mal no era el único, muchos chinitos e incluso Marek y Andy en algún momento, sintieron esa vocecilla dentro que te dice: "Ni te acerques, ni te asomes, que como te caigas..." Tras una hora y media por el sendero del acantilado, fue demasiado y la vocecilla pasó a decir: "No sólo no te acerques, BAJA YA!". Vale, vale, ya bajo. Hasta 25 minutos después no empezó a disfrutar como los demás, aún habiendo algún acantilado, caída, etc. lo peor había pasado y el disfrute volvió a recorrer las venas de todos, por igual.





"Disfruta al máximo, no tiene precio"
y sí, fueron unas 4 horas de nuevos paisajes naturales, escaleras de subida que ni en la pelis de Indiana Jones, grandes formaciones de piedra con letras grabadas en Mandarín, etc. Tras seis horas de escaleras, con todas las montañas, picos, bosques, los millones de escaleras, los cargadores chinos que subían en su espalda más de 50kg de víveres, ayudados únicamente por un par de troncos de bambú, las ardillas y arañas, la gente, acabamos llegando a la puerta de entrada Oeste, donde cogimos un autobús de vuelta a Tangkou.
Reventados pero felices, encontramos un nuevo lugar para comer y descansar.
Una vez en el supermercado y hablando de todo un poco, el sr. Hu nos encontró de nuevo para ayudarnos a coger el autobús a Hangzhou, cuyos billetes nos había vendido antes.








Por todo este perfecto fin de semana y por el lugar tan maravilloso decimos que Huang Shan es:"La octava maravilla"

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