Semana fantástica, 3 Oct: Guilin-Ping´an
A las 8.30 ya estábamos fuera del hotel y Yang nos esperaba para marcharnos hacia Ping´an nuestro próximo destino. Es una aldea de unos 800 habitantes, de la minoria zhuong, pero que en 7 años se ha convertido en un gran destino turístico a nivel nacional.
Antes de marcharnos nos tomamos un buen desayuno buffet que tenia desde para comer salado, huevos, bacon, fideos, hasta para tomar tostadas, fruta y zumos. Un desayuno de campeonato.
Todo el trayecto lo hicimos en una furgonetilla parecida a la Vanette antigua, un poco lenta, pero cumplió su función. Hicimos una parada en Heping, a unas 3 horas andando hasta Ping´an. La verdad que este lugar daba un poco de cosilla. Eran tres casas en fila, en la que habia un restaurante, un par de puestos de comida preparada (teníais que ver qué comida preparada, todos los trozos requemaos del cerdo colgando de un tubo...) y un lugar de revisión de furgonetillas. Nuestro guía nos evitaba un poco aunque nosotros le seguimos, mientras se revisaba el coche, hasta la otra punta de la aldea, donde nos dijo que le esperáramos...en ese mismo intante... crash!! un camión le dio un golpe a otro coche lleno de turistas (no pasó nada), todo el mundo sacando fotos... Yang se fue...nosotros nos quedamos...tuvimos momentos de tensión pues tras 20 minutos sin ver ni el guía ni la furgoneta... nos pusimos un pelin nerviosos. Diez minutos después aparecieron Yang la furgoneta y el conductor, U, también Dong. Listos de nuevo para partir.
Como se nota que es la semana nacional, la fiesta del medio otoño, en el que se supone que toda la familia debe estar unida y todo el mundo va a su lugar de nacimiento. La verdad que nosotros no vimos a nadie que hubiera vuelto, todo el mundo curraba (supongo que por ser sector turismo) y todo el mundo viajaba a ver cosas...El caso es que todo estaba hasta la bandera y tuvimos que esperar mucho tiempo para poder subir al pueblo.
En la lenta marcha pasamos por un par de aldeas de la minoría Yao, cuyas mujeres son famosas por su larga cabellera, solo la cortan una vez en su vida, creemos que a los 17 años.
Sólo se puede subir hasta la mitad de la montaña, a partir de la cual se sube a pata... menos mal que decidimos llevar sólo mochilas y no maletas pues la subida se las trae. El pueblo, Ping´an está situado en medio de los Bancales de Arroz del Espinazo del Dragón, verdadero protagonista de nuestra visita a esta zona. Es una maravilla, increíbles vistas. El pueblo, 70% hoteles para turistas chinos y no menos para occidentales, se encuentra empotrado entre dos zonas de bancales. Hay dos miradores para verlos...el camino comienza en un pequeño puente cubierto...
Nos llamó la atención las ropas de las mujeres Zhuong y Yao, los "Taxis" de la zona, consistentes en una camilla que transportan dos personas sobre sus hombros... decidimos no probarlo. Nuestro alojamiento estaba en un cuarto piso y al principio tuvimos problemas para que el agua llegara hasta arriba...aunque a la noche ya estaba solucionado.
Ya dejamos que las fotos hablen solitas.
Tras volver a subir a unos de los miradores, nos tomamos unas cervecitas y cenamos en un restaurante familiar de la zona, arroz en bambú, ternera, patatas fritas dulces y berenjena. Nos pasó una cosa graciosa... en una de nuestras guías pone que para pedir agua es mejor pedir Kaishui que es agua hervida, para matar los posibles bichos del agua. Pedimos Kaishuei y claro, nos dieron agua hirviendo... Nos tuvimos que acostar pronto pues al día siguiente empezaria una nueva visita a las 8 de la mañana.
Antes de marcharnos nos tomamos un buen desayuno buffet que tenia desde para comer salado, huevos, bacon, fideos, hasta para tomar tostadas, fruta y zumos. Un desayuno de campeonato.
Todo el trayecto lo hicimos en una furgonetilla parecida a la Vanette antigua, un poco lenta, pero cumplió su función. Hicimos una parada en Heping, a unas 3 horas andando hasta Ping´an. La verdad que este lugar daba un poco de cosilla. Eran tres casas en fila, en la que habia un restaurante, un par de puestos de comida preparada (teníais que ver qué comida preparada, todos los trozos requemaos del cerdo colgando de un tubo...) y un lugar de revisión de furgonetillas. Nuestro guía nos evitaba un poco aunque nosotros le seguimos, mientras se revisaba el coche, hasta la otra punta de la aldea, donde nos dijo que le esperáramos...en ese mismo intante... crash!! un camión le dio un golpe a otro coche lleno de turistas (no pasó nada), todo el mundo sacando fotos... Yang se fue...nosotros nos quedamos...tuvimos momentos de tensión pues tras 20 minutos sin ver ni el guía ni la furgoneta... nos pusimos un pelin nerviosos. Diez minutos después aparecieron Yang la furgoneta y el conductor, U, también Dong. Listos de nuevo para partir.
Como se nota que es la semana nacional, la fiesta del medio otoño, en el que se supone que toda la familia debe estar unida y todo el mundo va a su lugar de nacimiento. La verdad que nosotros no vimos a nadie que hubiera vuelto, todo el mundo curraba (supongo que por ser sector turismo) y todo el mundo viajaba a ver cosas...El caso es que todo estaba hasta la bandera y tuvimos que esperar mucho tiempo para poder subir al pueblo.
En la lenta marcha pasamos por un par de aldeas de la minoría Yao, cuyas mujeres son famosas por su larga cabellera, solo la cortan una vez en su vida, creemos que a los 17 años.
Sólo se puede subir hasta la mitad de la montaña, a partir de la cual se sube a pata... menos mal que decidimos llevar sólo mochilas y no maletas pues la subida se las trae. El pueblo, Ping´an está situado en medio de los Bancales de Arroz del Espinazo del Dragón, verdadero protagonista de nuestra visita a esta zona. Es una maravilla, increíbles vistas. El pueblo, 70% hoteles para turistas chinos y no menos para occidentales, se encuentra empotrado entre dos zonas de bancales. Hay dos miradores para verlos...el camino comienza en un pequeño puente cubierto...
Nos llamó la atención las ropas de las mujeres Zhuong y Yao, los "Taxis" de la zona, consistentes en una camilla que transportan dos personas sobre sus hombros... decidimos no probarlo. Nuestro alojamiento estaba en un cuarto piso y al principio tuvimos problemas para que el agua llegara hasta arriba...aunque a la noche ya estaba solucionado.
Ya dejamos que las fotos hablen solitas.
Tras volver a subir a unos de los miradores, nos tomamos unas cervecitas y cenamos en un restaurante familiar de la zona, arroz en bambú, ternera, patatas fritas dulces y berenjena. Nos pasó una cosa graciosa... en una de nuestras guías pone que para pedir agua es mejor pedir Kaishui que es agua hervida, para matar los posibles bichos del agua. Pedimos Kaishuei y claro, nos dieron agua hirviendo... Nos tuvimos que acostar pronto pues al día siguiente empezaria una nueva visita a las 8 de la mañana.
Etiquetas: Guangxi, Guilin, Viajes y Turismo
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