Turismo por Hangzhou
Qué mejor forma hay de recobrarse de las exigencias del Baijiu que pasear por las cuidadas orillas de nuestro querido lago del Oeste. Hacía un buen día aunque cubierto por la típica bruma del lago o, más bien, por la bruma de la contaminación que rodea muchas de las ciudades chinas. Sin embargo, con la puesta de sol, no deja de ser uno de los mejores lugares para hacerse un par de postales...
Otra cosa que hicimos antes de pisar el lago, y que se recomienda si alguien va por allí, es comerse un par de kebabs que preparan los musulmanes de la ciudad. Son verdaderos astros manipulando el cordero. En Yan´an Lu hay un par de puestecitos en los que sirven una especie de hamburguesas que... que hambre me está entrando.
Exploramos una nueva calle en la que no habíamos estado para descubrir un bullicioso mercadillo, con copias de marcas europeas y miles de los típicos souvenires como sellos, amuletos etc.
Otras consecuencias de los excesos, de cualquier tipo, hacen que alguno de los integrantes del equipo necesiten un poco de arroz, cosa que no pudimos encontrar cerca de donde estábamos. Uno ayunó y otros comimos Jiaozi antes de dirigirnos a ver los montajes de los escenarios para la bienvenida del año del cerdo de la plaza Wushan. Tras un par de vueltecillas por la concurrida calle comercial que nace de la plaza, nos fuimos para casa, compramos unas cervezas y cenamos unos magníficos chaomien (fideos fritos).
Todas las fotitos:
Otra cosa que hicimos antes de pisar el lago, y que se recomienda si alguien va por allí, es comerse un par de kebabs que preparan los musulmanes de la ciudad. Son verdaderos astros manipulando el cordero. En Yan´an Lu hay un par de puestecitos en los que sirven una especie de hamburguesas que... que hambre me está entrando.
Exploramos una nueva calle en la que no habíamos estado para descubrir un bullicioso mercadillo, con copias de marcas europeas y miles de los típicos souvenires como sellos, amuletos etc.
Otras consecuencias de los excesos, de cualquier tipo, hacen que alguno de los integrantes del equipo necesiten un poco de arroz, cosa que no pudimos encontrar cerca de donde estábamos. Uno ayunó y otros comimos Jiaozi antes de dirigirnos a ver los montajes de los escenarios para la bienvenida del año del cerdo de la plaza Wushan. Tras un par de vueltecillas por la concurrida calle comercial que nace de la plaza, nos fuimos para casa, compramos unas cervezas y cenamos unos magníficos chaomien (fideos fritos).
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El dia del descubrimi |
Etiquetas: Hangzhou, Lago del Oeste, Viajes y Turismo
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