sábado, diciembre 23, 2006

Xian, Capital Ancestral, Viernes.

Por fín llegó el día de ir a Xian, el Jueves 30 de Noviembre preparábamos nuestro equipaje ya que el viernes por la mañana volábamos a la provincia de Shaanxi, en el mismo centro de China. Xian tiene ahora mismo alrededor de 6 millones de habitantes (según la Loli, más conocida como Lonely Planet Guide) y su nombre anterior era Chang´an inicio de la famosa ruta de la seda. En la actualidad el casco de Xian conserva la forma de la antigua Chang´an.


En total estuvimos tres días completos, el viernes, el sábado y el domingo, para luego volar de vuelta el lunes a Hangzhou. El viaje fue genial, estuvimos dos días nosotros solos pateando la ciudad de cabo a rabo y otro día lo pasamos con mis padres, que llegaron la noche del sábado. Como tenían viaje programado nos aguantamos las ganas de ver los sitios para verlos con ellos.


Nos alojamos en el hotel Melody, en la torre del tambor, al cual llega un autobús directo desde el aeropuerto, no tiene pérdida y costó unos 20 euros la habitación doble. Empezamos con el relato:

Pronto por la mañana llegamos al hotel, donde nos ofrecieron varias excursiones. La que más nos llamó la atención fue la expedición a HuaShan, otra montaña sagrada cerca de Xian, pero no teníamos tiempo y tampoco nos apetecía en invierno, subirnos a unos riscos...Las otras dos excursiones que nos ofrecieron las haríamos junto con mis padres el domingo, así que les compramos un mapa y nos fuimos a ver nuestra habitación, que era más que suficiente.

Decidimos el primer día pasear por el interior de la muralla, en los barrios digamos más "exóticos" del centro, como el barrio musulmán. Visitamos la torre de la Campana, a la que se accede por un túnel y luego a la torre del Tambor. En ambas hay pequeñas actuaciones cada poco tiempo y por supuesto, vimos ambas. EN una de ellas había una chica, la más cansina que hemos conocido, que nos sacó unas 20 fotos. Incluso el truco de empezar a sacarla fotos a ella en plan "nos estamos dando cuenta" no funcionó, es más, la sirvió como motivación para seguir sacando fotos. En los interiores de las torres no había gran cosa, pero las vistas desde las mismas merecen la pena.





Empezamos a callejear por el barrio musulmán. La verdad que llama la atención las prendas de los chinos en este lugar, todos vestidos de oscuro y los musulmanes chinos con sus gorritos correspondientes. Tampoco hay una gran diferencia con otros barrios de otras ciudades, la base china sigue estando ahí.

Estuvimos 20 minutos buscando la gran Mezquita, que mucha gente nos ha dicho que es una castaña. La entrada costaba 20 yuanes en total y ¡sorpresa! Se nos había olvidado sacar dinero y sólo teníamos quince. Alfonso intentó colarle el gol a la de la puerta, hablando chino para ver si surtía efecto, pero va a ser que no y no nos dejaron pasar. Muy bonita la mezquita.


Después de eso callejeamos más por el mismo barrio donde nos pillamos unos bollitos en una tienda callejera. Hay que tener cuidado con estas tiendas, pero nosotros estamos más que acostumbrados, debe ser que tenemos ya todas las bacterias chinas. Salimos hacia la avenida principal que conecta la puerta norte con la sur (en medio está la torre de la campana), en dirección norte hasta que llegamos a la susodicha puerta. Luego seguimos andando (ya llevábamos unas cuatro horas) hacia el parque Gemming para echar un vistazo pero estaba un poco oscuro y apenas se atisbaban la decoración de los jardines (con pagodas lagos etc.). Pasamos por varias avenidas hasta llegar a la sede del partido comunista y el gobierno regional, que siempre tienen los edificios más grandes y en zonas lujosas (el hotel Sofitel y el Hyatt estaban al lado, en total 4 edificios de hoteles). Nuevamente empalmamos con la avenida principal y bajamos hasta la torre de la Campana, iluminada de noche, una pasada. Estábamos tan cansados que nos fuimos al hotel para tomar algo y nos quedamos sopas, eran las 10 de la noche y llevábamos muchas horas pateando.




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